Me agarró una especie de cariño.
Demasiado, capaz...
Cada vez que me subo, se me sienta al lado, y trata sigilosamente de pegarse contra mí lo más que puede. Cuando quedo ensandwichado entre él y la ventanilla,intenta de ponerme una mano sobre la pierna, con lo que tal vez él cree que es el disimulo de un ninja. No atiende o entiende mis tímidos empujones para recuperar un poco de oxígeno y de pierna.
Y entre la ignorancia sobre su patología o cómo manejar estas situaciones, y esa punzada de culpa que me retiene de embocarle una piña; termino aguantando 45 minutos de este mismo tire y afloje.
45 minutos... una vez cada algunos meses.
Y pensar que las minas viven cosas así (mas sutiles pero igualmente molestas; o graves, mucho mas graves) todos los días, a cada rato, en cualquier lugar y por personas con lo que se supone que es "uso de razón".
45 minutos, y seguramente nadie va a preguntarse cómo habré estado vestido o para qué habré salido a esa hora.
0 comentarios: